El pueblo de mi abuela se llama Mozares y está enclavado en plena Merindad de Villarcayo, tierras castellanas de infinitos montes y pedazos de historia legendaria. Nos escapamos un fin de semana para volver a mis raices y reencontrarnos con la familia de Burgos. Estando ya en la puerta de la casa de mi abuela, con mi bebe en los brazos sentí una conexión especial con ella, parecía que desde el cielo nos sonreía y se recordaba a ella misma paseando con sus hermanas por el rio o peregrinando en romería a la Ermita de San Bernabe. Las merindades de Burgos están aún por descubrir y apreciar por muchos de los viajeros a los que gusta el turismo rural... Muy recomendable para un fin de semana largo desde Madrid. Para no perderse, la cueva de Ojo Guareña, los cañones del Ebro, o los pequeños pueblos de Oña, Valdenoceda o Urbaneja. Por supuesto no deben de faltar en las compras una buenas morcillas de burgos que se pueden comprar directamente en las muchas fábricas de Villarcayo.
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